Uno de los efectos no deseados más comunes tras una cirugía plástica es la fibrosis, esta se empieza a notar desde el postoperatorio, cuando aparecen unos pequeños bultos en la cicatriz que se empiezan a endurecer y también a doler.
La fibrosis es un desarrollo patológico de un tejido fibroso, se genera a partir de una inflamación crónica o de un problema circulatorio que provoca un incremento de la producción de colágeno.
Según el portal Diana Cepeda Esthetic cuando aparece como consecuencia de un procedimiento estético se denomina fibrosis post quirúrgica que se concentra en el área de la cicatrización donde se forma más tejido fibroso del requerido, también se presentan hematomas y edemas en el interior del cuerpo que al cicatrizarse se manifiestan en el exterior como protuberancias endurecidas que deforman el resultado final del procedimiento y en muchas ocasiones puede puede causar dolor intenso.
Cualquier persona que se someta a una cirugía plástica tiende a desarrollar fibrosis, y esto ocurre cuando las cánulas extraen la grasa y suelen crear heridas internas cuyos tejidos deben regenerarse. El riesgo de fibrosis es proporcional al tamaño del corte y la cantidad de sangrado durante el procedimiento.
Algunos especialistas en cirugía plástica y estética de la Clínica Láser nos dicen cuales tratamientos son los mejore para eliminar la fibrosis posquirúrgica:
Masajes posquirúrgicos: Son indicados para mejorar los resultados de la cirugía y también para acelerar la recuperación del paciente, se recomiendan sobre todo en operaciones de gran complejidad como la Liposucción y Abdominoplastia. La persona que realiza los masajes debe ser especializada en este campo, porque de otra forma, podría causar daños graves en el organismo del paciente; por esta razón, los masajes deben ser confiados en las manos de expertos.
Lipoláser: Con este procedimiento se realiza una liposucción con láser que logra eliminar el exceso de grasa y también reducir la fibrosis y otras irregularidades que pueden aparecer con ocasión de una cirugía plástica; ya que esta tensa y tonifica los tejidos a la vez que alisa y da firmeza a la piel.
Carboxiterapia: En este tratamiento se aplica dióxido de carbono para destruir la grasa en una zona determinada, también mejora la circulación, da tonicidad y elasticidad a la piel y reduce visiblemente la celulitis. Uno de sus efectos es la tensión de los tejidos y por esta razón, los especialistas la recomiendan como opción para tratar la fibrosis postquirúrgica.
La OMS advierte que desde 1975 la obesidad se ha triplicado en casi todo el mundo.
Hay diferencia entre tener sobrepeso y ser obeso. Aunque la Organización Mundial de la Salud las define como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”, en el sobrepeso el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por su estatura en metros al cuadrado (kg/m2), es igual o superior a 25, y en la obesidad es igual o superior a 30.
En ese caso la obesidad se convierte en una enfermedad que, aunque se puede prevenir, sigue apagando la vida de muchos al rededor del mundo. Los datos de esta organización sugieren que “desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo y que la mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas de personas que la malnutrición”.
Y aunque por estos días en redes sociales abundan los comentarios sobre los problemas de ganar unos kilos durante la cuarentena y hasta señalamientos a quienes han publicado fotos y se ven más gordos o delgados, los profesionales aseguran que, en algunos casos, perder la grasa que sobra no es lo más importante. Aquí, algunas pistas:
¿Cuándo sí?
La nutricionista Natalia Zuluaga, dietista y docente en la Universidad CES, explica que bajar de peso debe ser una prioridad cuando hay:
1. Comorbilidades, es decir, enfermedades asociadas al sobrepeso como la hipertensión arterial, la diabetes, enfermedades del corazón, algunos cánceres. La OMS habla de cáncer de endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon.
2. Enfermedades en las articulaciones. La obesidad es un obstáculo directo para solucionar problemas en la movilidad. La OMS habla de la artrosis, por ejemplo, que degenera las articulaciones y causa intensos dolores en las manos, el cuello, la espalda, las rodillas o las caderas.
3. Problemas de salud mental asociados a la imagen corporal. Esto es cuando un psicólogo detecta en la terapia que parte de un problema se puede solucionar trabajando en el peso de la persona, bajando esos kilos que sobran.
Cuando se trata de perder peso, apunta la nutricionista, es importante consultar con especialistas de diferentes áreas. “Estamos con un alto volumen de pacientes con trastornos alimenticios, en donde no hay una adecuada concepción de la imagen corporal y por ética yo no le puedo decir a una persona que la solución a su problema es bajar de peso cuando veo que está en riesgo de tener desnutrición”, comenta.
Es prioridad bajar de peso cuando hay exceso de grasa. Eso puede causar otras enfermedades crónicas. Consulte siempre con el nutricionista Foto: El Colombiano
Puede que unos kilos de más no sean el problema. Eso lo puede identificar no solo con un nutricionista sino también con un psicólogo.
¿Cuándo no?
El IMC es un indicador simple, aclara la OMS, que establece la relación entre el peso y la talla de una persona, y se suele utilizar para saber si la persona tiene obesidad. También está la circunferencia abdominal, que es la distancia al rededor del abdomen, teniendo como referencia el ombligo. En mujeres debe ser de máximo 80 centímetros (cm) y en hombres de 90 cm.
Pero la dietista Magnolia Escobar, directora de Nutrición & Figura, señala que no se deben tomar como las únicas señales para bajar de peso.
“Hay quienes a veces son pesados porque tienen buena masa muscular. Nosotros utilizamos equipos que nos muestran cuánta agua, cuánta grasa, cuánta proteína y minerales componen el peso de la persona”, aclara Escobar, magíster en salud pública de la Universidad de Antioquia
Ella advierte que se deben encender alarmas cuando hay un exceso de grasa, precisamente de eso se trata la obesidad. “En hombres lo normal es tener entre 18 y 25 % de grasa en el cuerpo y en mujeres entre 25 y 32 %”, dice Escobar. O usted puede tener una “complexión recia”, es decir, su masa muscular, líquidos y huesos aumentan su peso.
Por su parte, el entrenador personal Brayan Hernández, especialista en entrenamiento deportivo en el centro Liben Fitness and Food, recomienda no tomar la decisión deliberada de bajar porque un día se pesó y vio que subió un kilo.
“La imagen corporal es subjetiva y en este tiempo hay que trabajar para que todos nuestros hábitos nos mantengan con las defensas arriba. Conozco personas delgadas que pueden estar más en riesgo que alguien con unos kilos de más, lo importante es tomar la decisión de la mano de un profesional”, cuenta Hernández.
eguro que muchas veces has pensado en llevar una vida más sana y empezar a cambiar tus hábitos para mejorar tu salud, pero no has sabido por dónde empezar.
Por eso, hoy te queremos contar cuáles son esos pequeños gestos que te ayudarán a mejorar tu calidad de vida y a tener unos hábitos más saludables. ¡Empezamos!
Come bien. Con esto no queremos decir que comas menos, sino que incluyas dentro de tu dieta variedad de alimentos, entre los que no deben faltar verduras, hortalizas, frutas, legumbres, carne o pescado.
En este sentido deberías intentar reducir el consumo de sal, azúcar y grasas saturadas, aunque de vez en cuando te des un capricho, pero en la medida de lo posible deberías eliminarlos de tu dieta
Aprende a cocinar. Muchas veces por falta de tiempo o por descuido, tendemos a cocinar los alimentos de una forma más rápida pero menos saludable. Si pruebas a cocinar al vapor, al horno o a la plancha ya verás como empiezas a sentirte mejor y saborearás de una forma más natural los alimentos.
Bebe agua. Parece una cosa muy simple, pero muchas veces se nos olvida beber agua. Lo mejor es que tengas siempre una botella a mano y bebas de vez en cuando para tener el cuerpo hidratado.
Limita el consumo de refrescos y alcohol. Este tipo de bebidas no le hacen ningún favor a tu cuerpo, aunque una vez al año no hace daño, lo mejor es que sustituyas este tipo de bebida por otras más naturales como zumos o tés.
Practica deporte. No hace falta que salgas a correr a toda velocidad, pero puedes salir andar, montar en bicicleta, ir a clases conjuntas como el aeróbic o el spinning, o puedes ir a nadar. Hay muchas actividades que puedes hacer para no llevar una vida sedentaria. Además, este tipo de ejercicios te ayudarán a mantener un peso equilibrado y a evitar enfermedades como la obesidad.
Duerme bien y vivirás mejor. Tan importante es ser una persona activa como tener un hábito de descanso para recuperar las fuerzas gastadas durante el día. Dormir entre unas 7 u 8 horas te ayudará a afrontar mejor todos los retos que te propongas y a sentirte bien.
Ahora ya sabes qué hábitos tienes que seguir para llevar una vida más saludable ¿los hacías ya?