Las nuevas tecnologías han llegado para revolucionar nuestras vidas. Muchas actividades han mutado su forma y espíritu en los últimos años y cada vez menos aspectos cotidianos pueden resolverse sin la presencia de un teléfono celular. Además de su ineludible fuente de diversión, los smartphones también pueden causar algunos problemas para nuestra salud, específicamente en lo que al cuerpo se refiere. En la siguiente nota, te contaremos todo lo que necesitas saber al respecto.
El día a día ha cambiado radicalmente. Basta con revisar nuestro teléfono celular durante un minuto para estar al tanto de las últimas novedades así como también estar en contacto con todos tus amigos y seres queridos. En esa misma dirección, puedes encontrar una cantidad enorme de contenido útil, práctico y entretenido para que tus tiempos muertos sean menos tediosos, así como también ampliar tus listas de conocimientos.
Sin lugar a dudas los smartphones han mejorado nuestra calidad de vida y democratizado el conocimiento: basta con deslizar el dedo para estar al tanto de cómo viene tu nutrición en la semana gracias a distintas apps y herramientas. Sin embargo, como todo lo que se realiza en exceso, utilizar mucho tu teléfono celular puede ser dañino para tu salud. ¿Qué efectos en el cuerpo puedes padecer?
En primer lugar, es importante subrayar que las pantallas de los smartphones tienen un fuerte efecto en nuestros ojos, sobre todo en la retina. Esto se debe a la poca distancia con la que generalmente se usan estos aparatos. Este factor, sumado a una exposición continuada, puede causar lo que se conoce como “degeneración macular”, que no es más que daño al interior de los ojos. Sin saberlo, mientras pasas más de lo aconsejado jugando en un casino online o buscando ofertas en sitios de compra y venta de objetos, puedes estar generándote un fuerte daño.
Otro factor a tener en cuenta es la resequedad en los ojos, la cual se causa por la reducción del parpadeo por el uso del dispositivo, así como también se dificulta el enfoque en ciertas distancias, llegando a causar miopía temporal fruto de la tensión que sufren los músculos de los ojos. De acuerdo a distintos informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tiempo a pasar con el smartphone en la mano debe ser significativamente menor a las 8 horas diarias que se llegan en los casos más extremos.
Más allá del daño ocular, también hay otras partes del cuerpo que se pueden ver afectadas de manera severa por el uso desmedido de estos aparatos. Un ejemplo claro son los tendones de nuestras muñecas, los cuales se comienzan a inflamar. Este padecimiento llega a millones de personas en todo el mundo en la actualidad. El sueño es otro de los factores que se alteran, ya que el brillo del celular y sus constantes estímulos pueden alterar el ciclo de descanso, provocando insomnio, el cual termina afectando a nuestro organismo en su conjunto.
Por último, la cervical, ubicada en el cuello, es una de las zonas que más lamentan una utilización elevada de los teléfonos celulares. El movimiento del cuello para observar la pantalla puede generar fuertes contracturas, así como dolores de cabeza y mareos. En definitiva, reducir el uso no solo podría evitar estos síntomas, sino que también podría ser la puerta de entrada a una vida más activa y saludable, desconectada de los estímulos del dispositivo y más conectada con las cosas que realmente importan.
Información tomada de: www.eldiariodelpacifico.com
La OMS advierte que desde 1975 la obesidad se ha triplicado en casi todo el mundo.
Hay diferencia entre tener sobrepeso y ser obeso. Aunque la Organización Mundial de la Salud las define como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”, en el sobrepeso el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por su estatura en metros al cuadrado (kg/m2), es igual o superior a 25, y en la obesidad es igual o superior a 30.
En ese caso la obesidad se convierte en una enfermedad que, aunque se puede prevenir, sigue apagando la vida de muchos al rededor del mundo. Los datos de esta organización sugieren que “desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo y que la mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas de personas que la malnutrición”.
Y aunque por estos días en redes sociales abundan los comentarios sobre los problemas de ganar unos kilos durante la cuarentena y hasta señalamientos a quienes han publicado fotos y se ven más gordos o delgados, los profesionales aseguran que, en algunos casos, perder la grasa que sobra no es lo más importante. Aquí, algunas pistas:
¿Cuándo sí?
La nutricionista Natalia Zuluaga, dietista y docente en la Universidad CES, explica que bajar de peso debe ser una prioridad cuando hay:
1. Comorbilidades, es decir, enfermedades asociadas al sobrepeso como la hipertensión arterial, la diabetes, enfermedades del corazón, algunos cánceres. La OMS habla de cáncer de endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon.
2. Enfermedades en las articulaciones. La obesidad es un obstáculo directo para solucionar problemas en la movilidad. La OMS habla de la artrosis, por ejemplo, que degenera las articulaciones y causa intensos dolores en las manos, el cuello, la espalda, las rodillas o las caderas.
3. Problemas de salud mental asociados a la imagen corporal. Esto es cuando un psicólogo detecta en la terapia que parte de un problema se puede solucionar trabajando en el peso de la persona, bajando esos kilos que sobran.
Cuando se trata de perder peso, apunta la nutricionista, es importante consultar con especialistas de diferentes áreas. “Estamos con un alto volumen de pacientes con trastornos alimenticios, en donde no hay una adecuada concepción de la imagen corporal y por ética yo no le puedo decir a una persona que la solución a su problema es bajar de peso cuando veo que está en riesgo de tener desnutrición”, comenta.
Es prioridad bajar de peso cuando hay exceso de grasa. Eso puede causar otras enfermedades crónicas. Consulte siempre con el nutricionista Foto: El Colombiano
Puede que unos kilos de más no sean el problema. Eso lo puede identificar no solo con un nutricionista sino también con un psicólogo.
¿Cuándo no?
El IMC es un indicador simple, aclara la OMS, que establece la relación entre el peso y la talla de una persona, y se suele utilizar para saber si la persona tiene obesidad. También está la circunferencia abdominal, que es la distancia al rededor del abdomen, teniendo como referencia el ombligo. En mujeres debe ser de máximo 80 centímetros (cm) y en hombres de 90 cm.
Pero la dietista Magnolia Escobar, directora de Nutrición & Figura, señala que no se deben tomar como las únicas señales para bajar de peso.
“Hay quienes a veces son pesados porque tienen buena masa muscular. Nosotros utilizamos equipos que nos muestran cuánta agua, cuánta grasa, cuánta proteína y minerales componen el peso de la persona”, aclara Escobar, magíster en salud pública de la Universidad de Antioquia
Ella advierte que se deben encender alarmas cuando hay un exceso de grasa, precisamente de eso se trata la obesidad. “En hombres lo normal es tener entre 18 y 25 % de grasa en el cuerpo y en mujeres entre 25 y 32 %”, dice Escobar. O usted puede tener una “complexión recia”, es decir, su masa muscular, líquidos y huesos aumentan su peso.
Por su parte, el entrenador personal Brayan Hernández, especialista en entrenamiento deportivo en el centro Liben Fitness and Food, recomienda no tomar la decisión deliberada de bajar porque un día se pesó y vio que subió un kilo.
“La imagen corporal es subjetiva y en este tiempo hay que trabajar para que todos nuestros hábitos nos mantengan con las defensas arriba. Conozco personas delgadas que pueden estar más en riesgo que alguien con unos kilos de más, lo importante es tomar la decisión de la mano de un profesional”, cuenta Hernández.
eguro que muchas veces has pensado en llevar una vida más sana y empezar a cambiar tus hábitos para mejorar tu salud, pero no has sabido por dónde empezar.
Por eso, hoy te queremos contar cuáles son esos pequeños gestos que te ayudarán a mejorar tu calidad de vida y a tener unos hábitos más saludables. ¡Empezamos!
Come bien. Con esto no queremos decir que comas menos, sino que incluyas dentro de tu dieta variedad de alimentos, entre los que no deben faltar verduras, hortalizas, frutas, legumbres, carne o pescado.
En este sentido deberías intentar reducir el consumo de sal, azúcar y grasas saturadas, aunque de vez en cuando te des un capricho, pero en la medida de lo posible deberías eliminarlos de tu dieta
Aprende a cocinar. Muchas veces por falta de tiempo o por descuido, tendemos a cocinar los alimentos de una forma más rápida pero menos saludable. Si pruebas a cocinar al vapor, al horno o a la plancha ya verás como empiezas a sentirte mejor y saborearás de una forma más natural los alimentos.
Bebe agua. Parece una cosa muy simple, pero muchas veces se nos olvida beber agua. Lo mejor es que tengas siempre una botella a mano y bebas de vez en cuando para tener el cuerpo hidratado.
Limita el consumo de refrescos y alcohol. Este tipo de bebidas no le hacen ningún favor a tu cuerpo, aunque una vez al año no hace daño, lo mejor es que sustituyas este tipo de bebida por otras más naturales como zumos o tés.
Practica deporte. No hace falta que salgas a correr a toda velocidad, pero puedes salir andar, montar en bicicleta, ir a clases conjuntas como el aeróbic o el spinning, o puedes ir a nadar. Hay muchas actividades que puedes hacer para no llevar una vida sedentaria. Además, este tipo de ejercicios te ayudarán a mantener un peso equilibrado y a evitar enfermedades como la obesidad.
Duerme bien y vivirás mejor. Tan importante es ser una persona activa como tener un hábito de descanso para recuperar las fuerzas gastadas durante el día. Dormir entre unas 7 u 8 horas te ayudará a afrontar mejor todos los retos que te propongas y a sentirte bien.
Ahora ya sabes qué hábitos tienes que seguir para llevar una vida más saludable ¿los hacías ya?
Si no te sientes con ánimo de hacer nada y te la pasas cansada, puede que tu salud no esté muy bien y necesites subir tu energía; este jugo te aportará lo necesario
Lo natural siempre va a ser una excelente opción para la salud, y hasta la belleza de cada persona. Cada alimento aporta diferentes propiedades que contribuyen a mejorar algunos aspectos en el organismo, como este efectivo jugo de zanahoria, naranja y jengibre, ideal para subir las defensas y la energía.
Y es que, cada uno de sus ingredientes aporta vitaminas, energía y otras propiedades ideales para regular la circulación, y aportar la energía necesaria para cumplir con todas las actividades del día. Sin duda, un excelente auxiliar de las personas que trabajan, o los niños que van a la escuela.
JUGO PARA SUBIR LAS DEFENSAS Y ENERGÍA
La combinación del jengibre, la naranja y la zanahoria, crean una bomba ideal para el correcto funcionamiento del organismo. En el caso del jengibre, ayuda a combatir la artrosis y a regular el funcionamiento digestivo.
La zanahoria aporta grandes cantidades de vitamina A y carotenos, mientras que la naranja aporta vitamina C, ideal para fortalecer las defensas.
Ingredientes
-2 zanahorias medianas
-2 naranjas
-1 pedacito de jengibre pelado
-1/2 vaso de agua
Procedimiento
Lava muy bien los ingredientes, y agrégalos a la licuadora; aparte, exprime el jugo de la naranja y agrégalo a la mezcla, procurando que todo quede bien integrado en una sola mezcla. Sirve y bebe enseguida.
Procura beber este jugo todas las mañanas, y verás que te sentirás con más energía y más fresco para iniciar el día.