Se han puesto de moda como protección frente a la COVID-19, pero no ofrecen la misma protección que las mascarillas. Sin embargo, en algunas situaciones pueden ayudar a reducir el riesgo de contagio.
Cada vez son más las personas que optan por las pantallas o viseras protectoras faciales como medida de protección contra el contagio por el virus causante de la COVID-19, porque les permiten respirar de forma más cómoda que las mascarillas.
Sin embargo, ahora que el uso de mascarillas ha pasado a ser obligatorio si no se puede mantener una distancia mínima de 2 metros entre personas, ya no se podrán usar como medida única estas pantallas o viseras.
Además, la protección que ofrecen frente al virus de la COVID-19 no es igual a la de las mascarillas.
¿LAS PANTALLAS FACIALES PROTEGEN DEL CONTAGIO?
El Dr. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, explicó en rueda de prensa hace unos días que cualquier elemento que evite que las gotas que exhalamos al toser, al estornudar o al hablar lleguen a otras personas o a superficies que pueden tocar de forma inmediata otras personas “favorecen una reducción de la transmisión”.
Sin embargo, aclaró que “probablemente no son el mecanismo más perfecto para reducir los riesgos de que una persona infecte a otros y probablemente tampoco son el mecanismo más perfecto para que una persona no se infecte”.
El Dr. Simón recordó que las mascarillas reducen el riesgo de contagio pero indicó que “una visera lo reduce menos”.
La protección es muy inferior con este tipo de máscaras
Las pantallas protectoras faciales no impiden que las gotitas que exhalamos o que exhalan los demás puedan entrar por los espacios que no están cubiertos por la pantalla.
Además, aunque reducen el riesgo, tampoco impiden que nos toquemos la cara con las manos, por lo que no son una protección óptima y no sustituyen a la mascarilla.
¿PARA QUIÉN PUEDEN SER ÚTILES LAS PANTALLAS PROTECTORAS?
De acuerdo con el Dr. Simón, las pantallas protectoras faciales son “una medida más de protección para quien no tenga acceso a la mascarilla o no le resulte fácil llevar una mascarilla”.
Así, las pantallas protectoras faciales podrían ser útiles en aquellas personas en las que el uso de mascarilla no es obligatorio, es decir:
Las personas que tienen algún tipo de dificultad respiratoria que puede verse agravada por el uso de mascarilla.
Las personas en las que el uso de mascarilla está contraindicado por motivos de salud debidamente justificados, o que por su situación de discapacidad o dependencia presentan alteraciones de conducta que hacen inviable su uso.
Asimismo, podrían ser útiles como medida complementaria a las mascarillas en personas que están en contacto con muchas personas o en profesionales que están en contacto directo con el virus, porque reduciría la posibilidad de contagio a través de los ojos.
De hecho, desde el Ministerio de Sanidad se recomienda el uso de protectores oculares o pantallas faciales certificadas (sin espacios laterales por los que puedan entrar partículas) para la prevención de riesgos laborales “cuando haya riesgo de contaminación de los ojos a partir de salpicaduras o gotas (por ejemplo: sangre, fluidos del cuerpo, secreciones y excreciones).”
Después de usarlas se deben desinfectar siguiendo las instrucciones del fabricante o, en caso de que no las haya, bastará con agua y jabón o algún desinfectante de uso común que no sea muy agresivo para no dañar el material.
DÓNDE SE COMPRAN LAS PANTALLAS FACIALES
Hay muchas plataformas online que ya están ofreciendo pantallas protectoras faciales de distintas calidades y precios. También están disponibles en diversos supermercados y ferreterías.
Además, por internet corren multitud de tutoriales en los que se explica cómo hacerlas en casa de manera sencilla.
La luz azul es la que emiten móviles, tablets, ordenadores y televisores, ahora más inseparables que nunca de las personas, hombres y mujeres de todas las edades.
La luz azul no solo genera daños sobre la piel, que se ve afectada con un consiguiente envejecimiento prematuro: manchas, deshidratación, arrugas, flacidez…, sino también sobre la vista y postura.
¿Alguien con visión borrosa, vista cansada, dolor de cabeza y dolores cervicales?
El llamado Text Neck (‘cuello de texto’, término anglosajón para definir los dolores de cuello y la zona cervical y espalda debido al uso y abuso de dispositivos electrónicos ), no solo afecta a nuestra postura. La delicada piel del cuello, la zona submentoniana, papada, las líneas marioneta y el surco nasogeniano también se ven afectados, con la consiguiente pérdida de firmeza y aparición de arrugas. Una vez más, signos de envejecimiento.
El debate está abierto y dermatólogos y expertos recomiendan no abusar de su uso, proteger las pantallas con un filtro protector para luz azul (los móviles suelen tener la opción incluida, solo tienes que activar el icono Blue Light Filter), no utilizar los dispositivos electrónicos a oscuras, corregir la postura de forma que el móvil o tablet quede a la altura de la vista (basta con levantar el brazo, aunque resulte incómodo) y al menos a una distancia de 20 cms de los ojos, e incluir en la rutina de belleza sérums y cremas ricas en antioxidantes mañana y noche (siempre tras una buena limpieza). Sobre si se debe utilizar factor de protección en casa o no, hay quienes piensan que no está recomendado.
Para salir de dudas hemos pedido la opinión, junto a Cynosure, aparatología para medicina estética, de tres expertos en medicina y estética que conocen mejor que nadie los problemas de la piel y cómo protegerla: el Dr. Ángel Martín, director médico de Clínica Menorca (Madrid); la Dra. Josefina Royo, directora del Instituto Médico Láser (Madrid); y la Dra. Carmen Galera, directora Médica de DermaForYou (Talavera de la Reina).
¿ES CIERTO QUE LA LUZ AZUL ENVEJECE Y PRODUCE MANCHAS PIGMENTARIAS Y FOTOENVEJECIMIENTO?
Dr. Ángel Martín: “Se conocen trabajos de investigación que muestran la repercusión de la luz visible (especialmente la azul) sobre la piel. Puede hacer que la piel se seque, pues provoca una disminución en las acuaporinas, moléculas que ayudan a la piel a mantener su hidratación. Además, la luz visible produce envejecimiento de la piel, porque activa las metaloproteinasas que aceleran la destrucción del colágeno en la dermis. El mecanismo es muy similar al causado por los rayos UVA. También hay evidencia clara de que la luz azul puede provocar estrés oxidativo en las células de la piel. Del mismo modo, la luz azul es capaz de inducir manchas en la piel. Recientemente se ha demostrado que una molécula llamada opsina 3 tiene que ver en este proceso. Lo curioso de las manchas causadas por luz azul es que son casi exclusivas de personas con fototipos a partir del III, es decir, con piel bastante morena”.
Dra. Josefina Royo: “La luz azul es parte de la luz visible, dentro del espectro electromagnético es una parte de la luz que nuestro ojo es capaz de percibir. La emiten fuentes naturales como la luz del sol y también fuentes artificiales como los dispositivos eléctricos. La luz visible, por lo tanto, está compuesta por rayos de diferentes colores, el azul entre ellos. Aproximadamente, el 25% de la luz blanca visible es de color azul. Es importante destacar que no todos los rayos de luz azul son perjudiciales para nuestra salud. En este sentido la luz azul-morada o azul-violeta (es la que tiene la longitud de onda más corta y por lo tanto la de mayor energía), está asociada a efectos perniciosos sobre nuestra visión (fatiga, estrés visual y en último término aparición temprana de degeneración ocular). Recientemente, también hemos descubierto que la luz de los dispositivos electrónicos (móviles, ordenadores, tablets, PlayStation…) pueden producir pigmentaciones difusas de la piel que conocemos como melasmas”.
Dra. Carmen Galera: “Aunque todavía no hay muchos estudios al respecto, lo que parece que en principio produce la luz azul es estimular la pigmentación, no el envejecimiento. Los filtros minerales con óxido ferroso son los que protegen contra la luz azul”.
¿CÓMO PODEMOS PROTEGERNOS?
Dr. Angel Martín: “Cada día hay más cremas específicamente diseñadas para protegernos de la luz azul. Los protectores solares habituales tienen que proteger además de la luz visible, no basta que tenga un SPF alto porque este es para proteger de los rayos UVB, tiene que venir claramente especificado que proteja de la luz visible, o luz azul. También es buena idea usar protectores, filtros y pantallas acoplables al móvil y otros dispositivos que filtran los rayos azules, evitando que incidan sobre tus ojos o tu piel”.
Dra. Josefina Royo: “Podemos protegernos con fotoprotectores a diario (SPFS 15 o 30 en invierno y SPFS 50 en verano) y emplear sérums con Vitamina C por su alto poder antioxidante, así como una hidratación correcta. También podemos tomar alimentos o suplementos antioxidantes. Uno de los antioxidantes más potentes es el Polypodium Lecuocotomos que se puede encontrar en la farmacia como fotoprotector oral. Hay que evitar una exposición prolongada a dispositivos electrónicos, pero ahora con el confinamiento esto no es tan fácil. También es importante la calidad del reposo nocturno y evitar el uso de estos dispositivos cuando nos vamos a la cama”.
Dra. Carmen Galera: “Para prevenir el envejecimiento debemos utilizar principios activos antiedad desde antes de los 30. Vitamina C y otros antioxidantes de día junto con la fotoprotección, retinoles y alfahidroxiácidos de noche”.
¿FACTOR SPF EN CASA?
Dr. Ángel Martín: “Como hemos dicho antes depende, si no estás directamente expuesta al sol no es necesario, si sales al balcón más de 30 minutos a pleno sol, sí”.
¿DE CUÁNTO?
Dr. Ángel Martín: “Siempre lo más alto que tengamos”.
Dra. Carmen Galera: “Para estar en casa un 30 es suficiente”.
¿ALGUNO EN ESPECIAL?
Dr. Ángel Martín: “Uno que proteja de los rayos UVB, UVA, IR y, si vamos a exponernos también a las pantallas, de la luz visible”.
Dra. Josefina Royo: “Uno de los antioxidantes más potentes es el Polypodium Lecuocotomos que se puede encontrar en la farmacia como fotoprotector oral”.
LOS MEJORES TRUCOS DE BELLEZA PARA EVITAR EL ENVEJECIMIENTO PREMATURO
Dr. Ángel Martín: “Intentar evitar el estrés y la angustia que nos rodea estos días. Intentar dormir bien. Seguir una rutina de ejercicio, alimentación e higiene de vida en general adecuada. Y cuidar la piel exactamente igual que si saliéramos a la calle. El láser PicoSure®, de Cynosure, supone un gran avance en el foto rejuvenecimiento y tiene importantes beneficios para el borrado de manchas y lesiones pigmentarias. Su método de eliminación responde a un impacto fototérmico sobre los pigmentos, fragmentándolos en pequeñas partículas para que el organismo las pueda eliminar de forma natural”.
Dra. Josefina Royo:“La protección solar es fundamental para evitar el envejecimiento prematuro. También es fundamental proteger la piel de los cambios bruscos de temperatura. Una buena limpieza e hidratación diaria y cremas ricas en principios activos (ácido hialurónico, péptidos, antioxidantes, alfa-hidroxiácidos o retinol) que potencian el metabolismo cutáneo. El láser 1540 IconTM de Cynosure es un láser no ablativo infrarrojo fraccional que resulta muy interesante para estimular la piel en profundidad sin periodo de recuperación. Induce una potente renovación del colágeno y la elastina al estimular la reacción reparativa de los fibroblastos”.
Dra. Carmen Galera: “Lo primero es la alimentación. Últimamente desayuno pan integral con guacamole. Luego me tomo un comprimido de nutricosmética capilar. Después hago ejercicio suave. Para comer y cenar siempre verdura (judías verdes, acelgas, espinacas, calabacines, legumbres, y proteínas sobre todo pollo, pescado, huevos y algo de ternera, intento cocinar cosas ricas y sanas y me motiva y lo disfruto). Solo veo noticias por las mañanas, después intento no saber nada más para no agobiarme. He introducido en mi rutina diaria un ratito de mindfulness. Y, respecto a la cosmética, que es sagrada, utilizo vitamina C de día y retinol con factores de crecimiento por la noche. Como tratamiento no invasivo en clínica me gusta mucho asociar IPL (luz pulsada) con láser Q-Switched. Es el caso de RevliteTM de Cynosure. Un láser no ablativo fraccionado que consigue notables mejorías sin tener que quedarte días en tu casa. Los resultados son sorprendentes”.
Queda claro que hay que saber cuidarse y también saber prevenir a tiempo. Cuando el daño ya está hecho debemos ponerle remedio antes de que vaya a más. La constante investigación del sector médico estético nos ofrece tratamientos de rejuvenecimiento facial y corporal no invasivos con resultados sorprendentes, como la Luz Pulsada (IPL) y los Tratamientos Láser.
Mantenerse en movimiento es clave para asegurar el bienestar físico y mental si se trabaja sentado durante mucho tiempo.
El hecho de permanecer en casa, probablemente fomente hábitos sedentarios en muchas personas incluso los acentúe más en otras. Cualquiera sea el caso, estar sentado durante mucho tiempo o no realizar actividad física en absoluto puede acarrear problemas de salud que van desde obesidad y enfermedades cardiovasculares, hasta desequilibrios hormonales o huesos débiles.
Para prevenir problemas a futuro relacionados con el sedentarismo, la Clínica Mayo publicó los resultados de un estudio que se realizó en más de 1 millón de personas, el cual concluyó que lo ideal para una persona sería realizar entre 60 a 75 minutos de actividad física diaria moderadamente intensa, para ayudar a mitigar los efectos de estar sentado durante mucho tiempo y más cuando se trabaja desde casa.
Según la investigación, el impacto del movimiento, incluso de baja intensidad, puede ser profundo, además de ayudar a mantener el bienestar general tanto del cuerpo como de la mente.
Aquí una serie de recomendaciones de la Clínica para implementar durante el teletrabajo o en áreas laborales comunes con compañeros:
Pasar mucho tiempo en casa puede hacer que perdamos algunas de las señales externas que ayudan a nuestro cuerpo a sincronizarse. Juan Antonio Madrid, uno de los principales expertos en cronobiología del país, nos explica cómo cuidar nuestro reloj interno pese al confinamiento.
Las funciones que lleva a cabo nuestro organismo a lo largo del día siguen un orden en el que el tiempo es muy importante. Tanto es así que hay, incluso, una especialidad dentro de la biología, conocida como cronobiología, que se encarga de estudiar los diferentes ritmos biológicos.
A pesar de que son internos, las condiciones externas también influyen en los ciclos del organismo.
Y pueden hacerlo tanto para ayudar a poner nuestro reloj interno en hora como para desajustarlo y provocar que se atrase o se adelante.
EL CONFINAMIENTO DESAJUSTA EL RELOJ INTERNO
La pandemia mundial de coronavirus que estamos viviendo sin duda ha alterado muchas de nuestras rutinas diarias. Y esto puede acabar repercutiendo en el correcto funcionamiento de nuestro reloj biólógico.
Algo a lo que, si no se le pone remedio, aumenta el riesgo de que aparezcan un gran número de trastornos (insomnio, diabetes, enfermedades cardiovasculares, depresión…).
¿Cómo podemos evitar que estos meses de confinamiento desajusten nuestros ritmos internos? ¿Hasta qué punto es importante seguir una serie de rutinas diarias? Juan Antonio Madrid, director del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia y director científico de Kronohealth, despeja estas y otras dudas en la siguiente entrevista.
¿Por qué hay personas que duermen peor desde que ha empezado el confinamiento?
Dormir peor estos días es totalmente comprensible. De hecho, son muchas las personas que me cuentan que durante estas semanas de confinamiento les está costando dormir bien.
Hay noches en las que les resulta difícil conciliar el sueño, mientras que en otras se despiertan antes de tiempo o se desvelan en mitad de la noche con pesadillas.
Por un lado, el miedo, el estrés y la incertidumbre por todo lo que está pasando generan una ansiedad que nos impide relajarnos.
Por otro, con el confinamiento en un espacio reducido hemos perdido muchas de las señales externas de tiempo (o sincronizadores) que ayudan a nuestro cerebro a regular los ritmos diarios o circadianos.
¿Podría ponernos algunos ejemplos de esas señales externas que pueden condicionar la respuesta de nuestro reloj interno?
La pérdida de contactos sociales, la falta de ejercicio, la relajación de horarios laborales y obligaciones sociales, encerrados en un espacio reducido en el que pasamos mucho tiempo sentados, con la posibilidad de picotear continuamente y, puede que, con poca luz natural… Todo esto ha hecho que perdamos muchas señales que sincronizan nuestro reloj biológico.
Recibir la luz de los primeros rayos de sol ayuda al reloj biológico a ponerse en hora
Lógicamente tiene consecuencias, en especial en nuestro sueño, en el peso y en el estado de ánimo.
CLAVES PARA CONVERTIRLO EN UNA OPORTUNIDAD
¿Es posible darle la vuelta a esta situación?
Sí. Con un poco de disciplina podemos lograrlo. Para ello debemos estar dispuestos a trabajar en cuatro dimensiones.
Regularizar horarios. Hay que establecer rutinas en los horarios de comidas, sueño, trabajo, ocio y contactos sociales virtuales.
Contrastar y separar lo que es propio del día y de la noche. Comenzar el día con luz y un poco de ejercicio suave que nos active y eleve el ánimo, separar los lugares y tiempos de trabajo y descanso, cenar al menos dos horas antes de dormir y atenuar la luz y desconectar de los dispositivos electrónicos antes de dormir son algunos de los consejos que podemos seguir en este ámbito.
Los diferentes ritmos digestivos, hormonales y metabólicos hacen de nuestro cuerpo un sistema que cambia con las horas del día
Regular el exceso y tipo de información que, a menudo, lejos de ayudar, solo conduce a desarrollar ansiedad y crispación. Es importante tener presente que, en una situación de incertidumbre, poco sabemos de lo que va a ocurrir mañana, por lo que podemos llegar a preocuparnos por cosas que no sucederán nunca.
Establecer objetivos o propósitos de vida. Levantarnos cada día sabiendo qué es lo que queremos hacer hoy, saber a qué voy a dedicar este tiempo de cuarentena y, sobre todo, pensar en lo que quiero hacer con mi vida cuando salga de este confinamiento y la pandemia sea solo un mal sueño también puede ayudarnos.
También es cierto que podemos aprovechar que disponemos de más tiempo y libertad horaria para ajustar nuestro reloj interno al máximo durante estos días, ¿no es así?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que todos los ritmos biológicos de nuestro cuerpo son el resultado de la interacción de tres tiempos:
Un tiempo interno, que es el que produce nuestro reloj biológico.
Un tiempo ambiental, que se rige por la salida y la puesta del sol.
Un tiempo social, que viene dado por los horarios de entrada y salida del trabajo, el tiempo de ocio, el horario oficial, las horas en las que comemos.
Paradójicamente, si lo hacemos bien, el confinamiento puede suponer una oportunidad para conocernos mejor, también en el campo de los ritmos biológicos:
Al no tener un horario de trabajo rígido y no gastar tiempo en desplazamientos, podemos armonizar nuestros tres tiempos mucho mejor que cuando trabajamos fuera de casa.